Bandera a media asta, placa conmemorativa y ofrenda floral en memoria de los caídos

Este viernes en un emotivo acto cívico en el corazón de Morelia, la ciudad recordó con profundo respeto y dolor el trágico atentado del 15 de septiembre de 2008, cuando granadas de fragmentación devastaron la noche de las fiestas patrias. Familiares de las víctimas, autoridades estatales y ciudadanos se reunieron en el Centro Histórico para rendir homenaje a las ocho personas que perdieron la vida y al centenar de heridos que dejó este acto de terror.

La plaza Melchor Ocampo, testigo de aquel triste suceso, fue el escenario donde se izó la bandera a media asta, en señal de luto. Las emociones eran palpables mientras se guardaba un minuto de silencio y se sostenía una sentida guardia de honor.



Se contó con la presencia del secretario del ayuntamiento, Yankel Benitez, y el secretario de Gobierno, Carlos Torres Piña, se llevó a cabo el izamiento de la bandera de México, seguido de una solemne guardia en honor a los afectados. Con profundo respeto, los asistentes colocaron conmovedoras ofrendas florales en el punto donde se ubica la placa conmemorativa en memoria de los fallecidos.

Quince años han pasado desde aquel nefasto día, y aún no se ha logrado llevar a los responsables ante la justicia. El acto, catalogado como el primer acto de “narcoterrorismo” en el país, sigue dejando secuelas imborrables en la memoria de la comunidad y las familias de las víctimas.
A pesar de que en 2020 se reconoció a 84 personas como víctimas a través del Registro Nacional de Víctimas, la lucha por obtener una compensación económica sigue siendo un desafío.

El sufrimiento de las familias y las víctimas sigue latente, con lesiones permanentes causadas por las esquirlas de las granadas. Liliana Díaz compartió su angustia: “Destruyeron a nuestras familias y nuestras vidas, hay mucho dolor por los que ya no están y por los que sobrevivieron con molestias permanentes que provocan las esquirlas dentro del cuerpo”. Los tratamientos son costosos y a menudo insuficientes para cubrir todas las necesidades médicas.








Quince años después, las heridas emocionales y físicas no han sanado por completo, y los familiares de las víctimas continúan luchando por la justicia. Han pedido la reapertura de la investigación, ya que las tres personas detenidas inicialmente fueron liberadas al demostrar su inocencia. El gobierno de Michoacán espera una respuesta de la Fiscalía General de la República sobre la factibilidad de reabrir el caso, una acción solicitada por las propias víctimas.





Cabe recordar que una de las voces que siempre ha hecho los balances en torno a las consecuencias de este trágico hecho, Aurora Bravo, familiar de una de las víctimas, expresó con dolor en su voz: “Lo más grave es que no ha habido justicia y no hay detenidos por ese acto de barbarie que fue calificado como terrorista”. Mientras las lágrimas brotaban en los rostros de quienes perdieron a sus seres queridos, se develó una placa conmemorativa en la plaza Melchor Ocampo, al lado de la catedral de Morelia, donde cada año se colocan ofrendas florales en honor a los caídos.
este viernes, en Morelia, el recuerdo de aquella trágica noche sigue vivo, y la lucha por la justicia y la memoria de los caídos perdura en el corazón de Michoacán.