La torera, empresaria y política moreliana dejó claro que a la fiesta brava le debe mucho, “ha sido lo mejor que me ha pasado”, estableció.
“Voy a dejar los toros hasta que me muera”, dijo la torera Marbella Romero Núñez, pues los astados han sido parte de su pasión y los latidos de su corazón; aunque ahora no tiene mucha actividad, pues se reserva para eventos especiales, en estos tiempos de pandemia ha estado sacrificándose y esperando llegue el momento adecuado, “pero sigo toreando en el campo, es la forma como alimento el alma”. Además, la matadora dedica parte de su tiempo a apoyar nuevos valores de la tauromaquia.
Mientras tanto, acaricia el sueño de todo torero: llegar a tener un rancho dedicado a la crianza de toros de lidia, no se apresura, sabe que los tiempos de Dios son perfectos, “pero claro que me hace mucha ilusión”, agrega emocionada.
Marbella está apoyando actualmente a un novillero moreliano de nombre Bladimir Díaz, mismo al que el empresario Pablo Moreno le está echando la mano, lo que destacó por tratarse de una empresa internacional fuerte, “ahora me estoy enfocando en Bladimir, pero cuando se lleguen los tiempos de Dios, me encantaría tener un rancho”, reiteró.
En opinión de Marbella Romero, Bladimir es un joven con mucha ilusión y mucha capacidad, por lo que le augura gran futuro, sin embargo, establece que Marbella está para ayudar a todo el que quiera ser torero, “a mi me costo trabajo en mi condición de mujer, pero abrimos una plataforma para que a otras mujeres que soñaran con llegar a ser matadoras no les costara tanto”.
También dejó claro que a la fiesta brava le debe mucho, “ha sido lo mejor que me ha pasado y siempre estaré apoyando e impulsando la fiesta”, siempre está cerca cuando hay un evento, desde su Facebook promociona la fiesta y está en contacto con la gente, cuando se acerca una fecha le preguntan cómo ve el ganado, qué piensa del cartel, o si lo recomienda.
Sobre su aparición estelar en la fiesta de los toros, aquel 15 de diciembre de 2007 en la Plaza de Toros Monumental de Morelia, donde tomó la alternativa lidiando al toro “Juan Diego”, de Pepe Garfias, Marbella considera que fue “un parteaguas” que le dio oportunidad de no fijarse en los límites ni obstáculos que había, dado que su afición era “inmensa” y siempre tuvo fijas sus metas.
“Sabía que era difícil pero no imposible, y convencer a propios y extraños fue fundamental”, sobre todo no actuar con ventaja ante nadie, sino respetar, consiente de que el sol sale para todos. No sabía de géneros, entonces siempre salía a dar lo mejor de sí, con el corazón por delante, una preparación previa y esa pasión que le hierve en la sangre por la fiesta brava.
Definió la fiesta de los toros como un arte, pero la condición física que requiere un torero es fundamental, por lo que “va muy de la mano con el deporte”; pero -recalcó- es un arte maravilloso, de los más bonitos y por eso ha inspirado a infinidad de artistas.
Sobre la pandemia por COVID-19, dijo extrañar la fiesta, ya que ha sido difícil para todos, agregó que la contingencia de salud causado pérdidas millonarias a los ganaderos, porque sus novillos crecieron y las camadas que tenían para novilladas ahora son para corridas, “como no hay espectáculo, hay muchas pérdidas”, los toros se tienen que alimentar y la crisis trajo sobrepoblación, entonces los ganaderos tienen que abaratar sus costos, incluso mandando sus toros al rastro.
Resumió que la pandemia ha afectado económicamente a los que viven de la fiesta brava, “ha sido un momento muy difícil que cambió la vida de todos”, dijo la matadora moreliana.
Por otra parte, la popular hija del fallecido Álvaro Romero “El Mago”, dijo que en el terreno empresarial la contingencia sanitaria obligó a disminuir en 20% la operatividad del negocio de alimentos que lleva por nombre el apodo del ex porrista de Atlético Morelia, así como descansar a casi todo su personal y trabajar en estrategias para que pudieran tener un sustento diario, en base a eso, los mismos trabajadores diseñaron un rol laboral.
Refirió Marbella que ha sido muy difícil estar con un negocio durante 20 años en el centro histórico de Morelia y ver que de repente se paraliza, “estas acostumbrada a una producción, a un ritmo de trabajo y una estabilidad económica, y de repente todo se vino abajo”, pero lo importante fue no desistir, cuando muchos negocios cerraron el suyo se mantuvo en pie, motivada por el ejemplo de sus padres de no darse por vencida ante nada. Afortunadamente hay signos de recuperación, parte del personal regresó y la economía “ahí va”.
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