El obispo emérito, Salvador Rangel de la arquidiócesis de Morelia, reconoció que había que meterle el hombro a la arquidiócesis para que las cosas vayan adelante.
“Todos los institutos de la Arquidiócesis, femeninos y masculinos, la gran misión es meterle el hombro, a la Arquidiócesis para que las cosas vayan adelante” resaltó durante el sermón de la misa dominical, en la Catedral de Morelia.
Salvador Rangel, fue invitado, a impartir la misa y a dar el mensaje de la Ascensión del Señor, fungiendo con su labor como responsable, encargado y animador de la vida consagrada de la Arquidiócesis de Morelia, cargo que le otorgó el arzobispo Carlos Garfias Merlos.


El obispo emérito, reconoció a las mujeres y hombres consagrados a la vida eclesiástica, en especial a las monjas, que pertenecen a la arquidiócesis, y que se encontraban presentes en esta misa especial de la ascensión del señor.



También, comentó que todos están llamados a ascender a dónde se encuentra la cabeza de la iglesia que es Jesuscristo, recalcando que el triunfo de Jesús, era también el triunfo de la humanidad.



















Por último, compartió su experiencia viviendo en Israel, donde comentó la palabra “imbom” que según sus palabras significa “en lo más alto” que es donde se encuentra la aspiración de los fieles.