Como cada año, desde hace más de medio siglo, en la colonia Guadalupe se llevó a cabo el Viacrucis de Jesucristo, impregnado de fe y devoción. La asistencia se estimó en más de cinco mil devotos.
La Pasión y Muerte de Jesucristo acercó a miles de familias que, con la fe plasmada en la piel, mostraron en su rostro el dolor que les causó el martirio de Jesucristo y el sufrimiento de una Madre al ver a su hijo castigado por el único delito, si así se le puede llamar, de pregonar el amor en la humanidad.
Esa histórica colonia, La Guadalupe, fue una de las pioneras en escenificar la Pasión y Muerte de Jesucristo y se ha consolidado como una de las tradiciones más arraigadas de Michoacán.
El punto central es la Parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe y las calles de esa colonia atestiguan las tres caídas y la crucifixión de Jesucristo.