La tenencia de Zicuirán, del municipio de La Huacana, demostró que lleva en la sangre la fe y la devoción por la Guadalupana y es que, prácticamente, replicaron el Cerro del Tepeyac y la Basílica de Guadalupe con una monumental Virgen que colocaron en un cerro, es la que ellos llaman, La Virgen del Cerrito.


Y el pasado 12 de diciembre, fecha emblemática porque se recuerda la aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, realizaron una fiesta en la que la principal protagonista fue La Virgen del Cerrito.
En las casas de Zicuirán se nota la devoción y es que en la mayoría de ellas hay un pequeño altar a la Virgen de Guadalupe, como un preámbulo al homenaje que se rinde a la Virgen del Cerrito.


La monumental escultura de La Virgen del Cerrito, ubicada en una loma desde la que se aprecia el productivo valle de esa tenencia y la recreación de la Basílica de Guadalupe, mide aproximadamente 20 metros de altura y frente a ella, otra escultura, la de Juan Diego, mostrando el ayate con las flores y la imagen de la Virgen.
El Cerrito, donde se ubica la escultura de la Virgen, es una expresión viva de la riqueza natural de esa zona y ahí más de sesenta arbolitos fueron adornados con cientos de luces navideñas que le dan un aspecto mágico, celestial a la celebración que Zicuirán hace a la Virgen del Tepeyac.

El templo que construyeron las manos devotas de los habitantes de Zicuirán recrea la Basílica de Guadalupe de la Ciudad de México y es el escenario de la misa que se ofrece a la Virgen del Cerrito.
Por la tarde, cientos de habitantes de Zicuirán, acompañados de danzantes y bandas de música que tocan los acordes de la Guadalupana, suben al cerrito para alabar a la Virgen, agradecerle favores recibidos y refrendar la fe que tienen en la Patrona de México.
Vestidos como Guares y Juan Diegos, principalmente niños, las mañanitas para la Virgen del Cerrito son coreadas por todos.
Y la emoción inunda a los presentes, la fe, la devoción para Nuestra Señora de Guadalupe es eviterna.