Parece que la cordialidad, la armonía, la amabilidad, la tranquilidad y la paz propias del mes de diciembre aterrizaron ya en el Congreso del estado y los diputados se dieron una tregua en las, en ocasiones, álgidas sesiones del Pleno.
E

n los pasillos y patios del recinto sede del Poder Legislativo se pudieron ver a diputados conviviendo amenamente entre ellos, haciendo a un lado las discrepancias propias de las ideologías partidistas; otros con su esposa, sus hijos, ahí en el Congreso, fortaleciendo la unión familiar que debe ser la base para alcanzar una mejor sociedad; unos más atendiendo a ciudadanos.

En la sala de plenos, unos sentados en sus curules, otros de pie, pero platicando entre ellos; ojalá que esa cordialidad que hoy presumieron sea permanente cuando de abordar asuntos que beneficien a Michoacán se trate.
¿De qué platicaban? Solamente ellos lo saben, pero no había alteración en sus voces ni movimientos bruscos en sus ademanes; había tranquilidad.