La cálida región del Valle de Apatzingán abrió sus brazos para recibir a la 75 Legislatura y al gobernador Alfredo Ramírez Bedolla quienes acudieron para recordar la aportación del Siervo de la Nación al derecho constitucional de México; en 1814 se formalizó el Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, es un año lejano, pero la vigencia del legado de José María Morelos está, hoy, más presente que nunca.
Es la primera celebración que, como conjunto, hace la 75 Legislatura en Apatzingán para conmemorar esa primera Constitución, herencia del Siervo de la Nación –no ciervo, como escribió la SEE-, pero no sé cuántas para algunos y algunas de sus integrantes que nomás no dejan la curul, por no decir hueso, y siguen ahí, pegados al erario.

Y el ritual fue el mismo, igual al de hace años, muchos años; la instalación del Pleno del Congreso, la voz del orador oficial que en esta ocasión correspondió a la diputada Fanny Lyssette Arreola Pichardo, quien recientemente abandonó las filas dl PRD para conformar la Representación Parlamentaria.
Legisladora por el Distrito de Apatzingán, Arreola Pichardo expresó que la Constitución debe garantizar las condiciones necesarias para que la sociedad se desarrolle plenamente y satisfacer sus necesidades básicas como el acceso a la educación de calidad, un trabajo digno, respeto irrestricto de los derechos humanos, así como proteger su integridad física y patrimonial.

Aplausos del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y de la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso, Adriana Hernández Iñiguez, a Arreola Pichardo que remató su discurso con la frase de que “la legalidad es un valor superior, más allá de ideologías o posturas políticas. Sin un profundo respeto a la ley en todas sus formas y acepciones, ninguna sociedad puede avanzar”.
Y en esa sesión el Congreso michoacano otorgó la presea Constitución de 1814 al maestro del Colegio de Michoacán, Carlos Herrejón Peredo, quien resaltó la igualdad, propiedad, libertad y la seguridad como los valores insurgentes que hoy deben reforzarse para la defensa de las garantías individuales. La Presea citada la recibió de manos del gobernador Alfredo Ramírez Bedolla.
Apatzingán se vistió de lujo y tuvo su fiesta, esa fiesta que recuerda el legado del Generalísimo José María Morelos, pero es un día que disfraza las tribulaciones del productivo Valle de Apatzingán; es un maquillaje que oculta, pero no elimina, los sinsabores de los habitantes de esa zona que reclaman, desde hace varios ayeres, la seguridad como requisito indispensable, fundamental, para retomar la otrora pujante economía del Valle.
La diputada Fanny Lyssette Arreola Pichardo lo expresó en su discurso, “hoy la prioridad debe ser consolidar el Estado de Derecho, para que otorgue los elementos necesarios para la felicidad y la paz de sus ciudadanos”…, y en verdad, hoy, la felicidad y la paz de los habitantes de esa región son un sueño.