Sin apoyo institucional, pero “por amor al pueblo”, habitantes de Capula con recursos propios maquillan y confeccionan el vestuario de las Catrinas que deambularán por las calles de esa población durante la feria que se realizará del 24 de octubre al 3 de noviembre, y que le dan una peculiaridad mágica a esa celebración.

Juan Arroyo, el maquillista de las Catrinas, no estudio al respecto, pero aprendió de los artesanos que fabrican esa artesanía que paulatinamente ha ido posicionándose en el gusto de los turistas que, cada vez en mayor número, arriban a Capula durante la ya tradicional Feria de la Catrina.

Aprendió a Maquillar, dijo, empezando desde lo básico, con pintura blanca, iniciando con las grecas, sin dientes y con el transcurso de las ferias ha ido mejorando y se han agregado flores del pueblo que plasman en las catrinas de barro que son una tradición en Capula.
Hoy, lleva ya diez años maquillando a las jovencitas que se visten con la indumentaria de la Catrina y aprendió a hacerlo observando la destreza de los artesanos de Capula en la elaboración de las Catrinas de barro, el vestuario lo diseña su hermano, Sergio, que radica en los Estados Unidos.

Arlete y Daniela, dos bellas jóvenes que dan vida a las Catrinas, soportan el intenso calor que se deja sentir, a las doce horas, en la capital michoacana, pero lucen orgullosas de representar a su pueblo, Capula, de promocionarlo, y contribuir a que sea reconocida la artesanía de Capula, en particular Las Catrinas.

La elaboración de cada vestido tiene un costo que oscila entre los 5 mil y los 8 mil pesos y “sale de nuestra bolsa porque no hay apoyo de ningún nivel de gobierno”. Los vestidos, pintados a mano por artesanos de Capula, llevan imágenes representativas de Michoacán y, por supuesto, de Capula, como parte de Janitzio, una Catrina, el Santo Patrono de Capula, la Catedral de Morelia o la Mariposa Monarca.

Las muchachas que se visten de Catrinas son de Capula y sus alrededores y participan por gusto, “por amor al pueblo”.
Los sembradíos de Cempásuchil y Pompón o Mano de León, en el municipio de Copándaro, fueron el marco perfecto para que lucieran el vestuario de la Catrina que portan con elegancia.

Un paréntesis para externar un agradecimiento especial a don Saúl García, productor de cempasúchil y de pompón, en Copándaro, quien amablemente accedió a que Las Catrinas lucieran su belleza en sus cultivos.
Aquí una invitación para que acudan a comprarle esa flores en su predio que está ubicado entre Copándaro y Arúmbaro.

Esa labor que realizan, “por amor al pueblo”, representa una gran promoción turística para Michoacán y, sin embargo, autoridades de los tres órdenes de gobierno los ignoran y no les apoyan con nada.
Los han invitado a Estados Unidos y están trabajando en un documental con Telemundo, pero hay la expectativa de que National Geographic pueda hacer lo mismo.

“Por amor al pueblo”, Las Catrinas lucirán sus atuendos y darán brillo a la Feria que se realizará en Capula.


