Autoridades educativas presentaron la conferencia “El impacto de las clases virtuales en las emociones de los niños, niñas, adolescentes, padres y docentes”, a cargo de la profesora de Educación Primaria, Silvia Martínez Reyes Con la finalidad de continuar ofreciendo a la comunidad educativa diversas estrategias para enfrentar los retos de las nuevas circunstancias, la Secretaría de Educación en el Estado (SEE), presentó de manera virtual la conferencia “El impacto de las clases virtuales en las emociones de los niños, niñas, adolescentes, padres y docentes”. Esta actividad, promovida por la Dirección Estatal de Formación Continua, Actualización y Desarrollo profesional de Maestros, de la SEE, estuvo a cargo de la profesora de Educación Primaria, Silvia Martínez Reyes, quien al iniciar su participación mencionó que esta contingencia sanitaria ha sido, es y probablemente será una de las experiencias más inesperadas e insólitas de las últimas décadas de la historia de la humanidad. Lo anterior, considerando que a partir del momento en que se presentó la epidemia por COVID-19, la vida del ser humano tuvo un giro impensable e inimaginable en todas las áreas de la convivencia humana. En este sentido, la ponente abordó el tema a través de cuatro vertientes: el impacto de la pandemia COVID-19; familias y las clases virtuales; valores, y la importancia de estrategias de inteligencia emocional y resiliencia. Puntualizó: “sin duda el área educativa fue la de mayor complejidad, toda vez que docentes, padres de familia y alumnos se han visto forzados a desarrollar capacidades y habilidades para crear y practicar estrategias que permitan continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje a la distancia.” Lo anterior, debido a la incertidumbre y falta de recursos tecnológicos, por las circunstancias de encierro, de afectos reprimidos, de convivencia obligada, de enfermedad, carencias económicas, sin omitir las prácticas de convivencia individual, familiar y social basadas en tradiciones y costumbres. Informó que en este tiempo de confinamiento se distinguen tres tipos de familias: las que viven y conviven con el compromiso de amar y practicar el valor de la equidad, en mismas condiciones e iguales oportunidades para todos. Las que habitan en la misma casa, con un compromiso de respeto e igualdad y reconocen que todos tienen derechos, priorizando más el valor individual y realizando poco trabajo colectivo. Y las disfuncionales, donde el padre o la madre vive en casas diferentes y no conocen los alcances de las habilidades y fortalezas de sus hijos. Por ello, la importancia de tener una inteligencia emocional y resiliencia que permitan reforzar sus experiencias de vida; la necesidad de conocer, controlar y dominar las emociones con los valores de confianza, amor, aceptación, respeto, humildad, gratitud y perdón. Con estas acciones, se fortalece la convivencia familia, se benefician los niños que en las escuelas no realizaban los trabajos y faltaban a clases constantemente, se reconoce la labor docente, el trabajo en equipo y los padres apoyan más en las actividades escolares; generando así ambientes de adaptación para los aprendizajes esperados. Además de evitar el rezago educativo, falta de compromiso y responsabilidad, ausencia y/o inasistencia a las clases virtuales, escases en la participación de trabajos, autoestima baja y una estima muy alta. |